La Experiencia de Inmigración – Miedos
Miedos
Paz en el medio de las incertidumbres
Por Carolina Acosta
Cuando siento miedo pongo en ti mi confianza. Salmo 56:3
Cuando inmigramos al país que decidimos será nuestro nuevo hogar llegamos con las maletas cargadas no solo de ropa sino también llena de muchos miedos y expectativas.
Esos miedos comienzan mucho antes de propiamente entrar en otro país. Comienzan desde el momento que empezamos a pensar en la decisión de inmigrar. Es el miedo a lo desconocido, ¿Me voy a adaptar? ¿Conseguiré una buena escuela para mis hijos, una casa que me guste, un buen trabajo?
Otro miedo común es el miedo a fracasar. Muchas personas toman la decisión de inmigrar tomando un gran riesgo a la hora de vender sus propiedades, algunos incluso invierten todo lo que tienen materialmente hablando para perseguir ese sueño. Algunos otros dejan incluso en sus países lo que les ha costado lograr durante toda su vida: casas, carros, empresas, etc. Es por ello que muchas personas pueden pasar años para tomar la decisión con el temor enorme de fracasar y perder todo lo invertido en ello.
Los miedos también dependen de las circunstancias personales. Es diferente llegar a un país con trabajo, con dinero suficiente para empezar, con estabilidad económica, o por lo menos apoyo familiar, por el contrario, llegar sin dinero, sin trabajo, sin conocer a nadie. Hay personas que ni siquiera habían visitado antes el país a donde inmigraron. Algunos han tenido oportunidad para planear. Otros han tenido que salir de un momento al otro sin ningún tiempo para prepararse debido a circunstancias de seguridad, políticas, de salud, o circunstancias personales. Todos estos factores determinan la severidad de los miedos que se sienten.
Tuve la oportunidad de entrevistar algunos amigos y familiares acerca de sus miedos cuando ellos inmigraron, y este es un resumen de lo que dijeron:
- miedo a ser rechazado (Xenofobia),
- miedo a no poder aprender el idioma,
- miedo a perderse por no conocer las calles,
- miedo a ir a la tienda y que no le entiendan lo que necesitan comprar,
- miedo a manejar en la nieve,
- miedo a aprender a hacer cosas diferentes como pagar los servicios,
- miedo por la seguridad,
- miedo a no encontrar amigos,
- miedo a no encontrar una buena escuela para sus hijos,
- miedo a estar solo,
- miedo a tomar la decisión equivocada,
- miedo por la situación legal,
- miedo a que no aprueben los documentos,
- miedo a que la familia que se quedó se enferme y no poder ir a verlos.
- algunos tienen temor a que le secuestren a sus hijos, o perderlos de alguna manera.
Estoy segura que esta lista es más larga y que cada quien puede añadir sus miedos únicos durante esta experiencia de vida.
Aprendiendo a Manejar tus miedos…
Es normal tener miedo en un momento de cambio. Como mencionamos anteriormente, hay cambios muy grandes cuando inmigramos. El problema se hace severo cuando la ansiedad comienza a afectarnos negativamente. La ansiedad nos roba nuestro gozo. La ansiedad no nos permite pensar claramente, nubla la razón. La ansiedad puede afectar nuestras decisiones, puede paralizarnos, incluso podemos hasta enfermarnos físicamente. Es por eso que es muy importante aprender a manejar nuestras emociones y lograr sentir paz aun en el medio de las incertidumbres.
Algunas personas tienen una tendencia natural de ser más ansiosas que otras. Una reacción cuando tenemos esa tendencia es que vamos a querer controlar las diferentes situaciones en nuestra vida. En la experiencia de inmigrar no podemos controlar todas las cosas, son demasiadas variables en la ecuación; además que no podemos controlar lo que no conocemos. En muchas ocasiones estamos en una posición de solamente quedarnos quietos, como Dios nos pide:
Quédense quieto, reconozcan que Yo soy Dios. Salmo 56:3
La ansiedad puede darnos la oportunidad de ver como Dios se encarga de organizar nuestras vidas para nosotros, de abrir puertas laborales, encontrando la escuela para nuestros hijos, la casa que necesitamos, etc.
Durante estos 25 años de mi historia de inmigración he acompañado a muchos amigos y familiares que han inmigrado, y ha sido maravilloso ver como Dios va desarrollando su plan una y otra vez, y por supuesto aun lo sigue haciendo. He podido ser testigo de cómo El ha ido armando ese rompecabezas de vida para cada uno acorde a su plan que tiene preparado de antemano.
En la Biblia, hay muchas historias acerca de Dios ayudando a su pueblo durante experiencias de inmigración. Una de ellas es cuando los Israelitas dirigidos por Moisés viajaron durante 40 años en el desierto en búsqueda de la tierra prometida. Podemos ver milagros tras milagros desde que salieron de Egipto hasta que finalmente entraron a la Tierra Prometida. Dios los acompaño, mostrando el camino y proveyendo para ellos materialmente y espiritualmente.
“Los israelitas partieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21 De día, el Señor iba al frente de ellos en una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una columna de fuego. De ese modo, podían viajar de día y de noche. 22 Jamás la columna de nube dejaba de guiar al pueblo durante el día ni la columna de fuego durante la noche”. Éxodo 13:20-21
Inmigrar se va a convertir en una lección de vida de Aprender a Confiar en Dios. “Cuando tengo miedo Yo pongo mi confianza en Ti” Salmo 56:3. Parece un mensaje sencillo, pero los que sufrimos de ansiedad sabemos que realmente no es tan sencillo. Es una batalla diaria que tenemos que pelear. Pero también es un aprendizaje de vida que nos permite aprender a Confiar en Dios principalmente, no en las personas, no en nuestro dinero, no en nosotros mismos, sino en Dios.
Nos puede ayudar si recordamos que cuando éramos niños y nos asustábamos corríamos a los brazos de nuestros padres. Como hacen nuestros hijos con nosotros actualmente. Así mismo, debemos correr a los brazos de nuestro Padre celestial y encontrar el consuelo en El , y la guía para este nuevo comienzo. Cuando más asustados estemos, mayor es la oportunidad de buscar a nuestro Padre Celestial. Corramos a sus brazos. Y si tal vez no has estado tan cerca de Él, entonces esta es una oportunidad perfecta para conocerlo, en Su Palabra (las cartas de Amor de Dios para ti). Cuando estamos más vulnerables y necesitados , entones Su Palabra va a ser una bálsamo para nuestro corazón y nuestra mente. Vamos a poder descansar en Sus brazos.
Descansar en Dios significa confiar en El. Confiar en que si Dios resolvió mi problema principal, que es mi salvación, por supuesto va a poder resolver cualquier problema o situación que la experiencia de Inmigración va a traer. Eso es exactamente lo que El quiere que hagamos, confiar en El en cada situación, sea grande o pequeña. Entonces vamos a sentir Su Paz en nuestros corazones y mentes independientemente de las circunstancias. Como Dios nos lo recuerda en su Palabra:
No se inquieten por nada; más bien en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidara sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
Aquí hay unas IDEAS PRACTICAS:
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- Identifica tus miedos… Tengo miedo a…
- Comparte tus miedos. Habla con alguien que solamente este dispuesto a escuchar, sin juzgarte… También es posible buscar ayuda profesional si sientes que es necesario.
- Aprende a confrontar los pensamientos que generan la ansiedad. Entender que aunque tengo miedo a…no significa que realmente eso va a pasar.
- ¿Hacerte la pregunta que es lo peor que puede pasar?, Piensa que incluso cuando algo malo Dios va a estar allí también, ayudándonos con la solución, dándonos la fortaleza y la paciencia para soportar las dificultades. Incluso además tenemos Su promesa que va a usar todo (lo bueno y lo malo) para el bien de quienes lo aman (Romanos 8:28). Entonces aprendemos a descansar en El.
- Haz una lista de prioridades, enfócate en cada una de ellas, una a la vez, es como armar un rompecabezas, un paso a la vez: la escuela, la casa, el trabajo, etc.
- Escoge un versículo (o varios) que sean tu ancla para los momentos de ansiedad. Si puedes memorizarlo. Escuche un día que hay 365 versículos en la Biblia que hablan de la ansiedad.
- Pide a personas cercanas que oren por ti.
- Recuerda el cuidado de ti mismo en todos los aspectos: mente, cuerpo y espíritu. Refuerza tu vida devocional con tu familia, Lee la Biblia, ora, acude a la Iglesia.
- Toma un tiempo para hacer una actividad física que te guste. La ansiedad se queda en el cuerpo. Cuando estamos tensos hasta nos podemos enfermar porque debilita nuestro sistema inmunológico.
- Aprende técnicas de respiración y relajación.
- Duerme bien.
- Evita hábitos no saludables de relajación como tomar alcohol en exceso, uso de drogas, o comer en exceso.
Es mi oración para ti que esta experiencia de inmigrar se convierta en una oportunidad de aprender a confiar y descansar en Dios, en Su plan, en el Espíritu Santo que nos guía en las decisiones, y que logres vivir cada día con tu corazón lleno de SU PAZ, en el medio de todas las incertidumbres.